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En un educador ¿Qué es lo esencial, lo más importante?

Esta pregunta se puede formular de varias maneras: Cuáles son los pilares que un educador a de tener?, qué no le puede faltar a un educador?, qué define la integridad de un educador?…, incluso, cuál es la esencia de un educador? o en qué se basa la solidez de un educador?.


El jueves 16 de febrero, y no fue por casualidad, más bien incendiada por la estimulante visita a Reggio, Violeta, Manuel y yo tuvimos una conversación en movimiento. Me refiero al hecho de hablar durante el trayecto en automóvil, y a un segundo tiempo, con prorroga necesaria porque la contienda pedía más esfuerzo de los jugadores, sentados esta vez en una mesa con el coche aparcado en zona no permitida con luces intermitentes, luces intermitentes que propongo también se utilicen en un taller de luz para observar el efecto de lo temporal, de lo que existe y desaparece en un instante, que mejor metáfora de lo discontinuo que unas luces intermitentes, incomodas, inquietantes, que provocan inseguridad, … acaso están vedadas estas sensaciones a los niños?. hasta cuando pensáis que se les puede proteger de lo inestable?, no será más sensato dejar de formular razonamientos sobre la integridad y lo esencial y comenzar a proponer en la educación lo disoluble antes de que internet, las tecnologías y el mercado lo haga por nosotros, y nos quedemos como unos viejecitos dando golpes con el bastón hablando de como cualquier tiempo pasado fue mejor?.

Ya nada más la situación, polifacética en términos de espacio y tiempo, de esta conversación resulta reveladora: cómo se puede estar en varios sitios a la vez es el deporte favorito de las sociedades mediterráneas desde tiempos inmemoriales, y en los centros de mercado, desde el Mercado de Atarazanas hasta Wallstreet, se considera una habilidad social y un síntoma de inteligencia. Con un tiempo presente que simultáneamente pensaba en el futuro, me refiero a que los tres estábamos pensando en que no podíamos quedarnos mucho tiempo por las responsabilidades que aún nos quedaban al final del día. Todo este “trajín”, es lo que yo llamo tecnología, tiene que ver con el uso de las capacidades mentales y de una serie de dispositivos para multiplicarnos a nosotros mismos en el tiempo y en el espacio, y no valoro si se trata de un lobo o de un hada, muy probablemente sea difícil hoy por hoy encontrar diferencias entre uno y otro, incluso ubicarlos en algún tipo de idea de lo bueno y lo malo, casi me parece absurdo conservar esta dualidad, si bien seguimos contándoles estas historias a los niños, y por supuesto cualquier imaginario de ellos está construido en base a las figuras que el mundo adulto les ofrece todo el tiempo en todos los espacios, esto es un efecto cultural. La tecnología es el principal motor de disolución de los patrones tradicionales. La tecnología para mi y en lo que nos atañe, sencillamente es. Y tiene todo el sentido de ser, nos guste o no. Como dijeron en la estupenda presentación en Reggio, es necesario que trabajemos con la realidad, no en base a como nos gustaría que fuese la realidad.


De entre varias ideas que surgieron en esta conversación me gustaría referirme ahora a la noción de Respeto. Voy a situar mi discurso en contra de la idea de Respeto, como forma de coagulación institucional de las relaciones humanas y como forma de autoridad. Y quiero hablar acerca de la idea de Respeto porque se entiende automáticamente como un valor de integridad, como un valor esencial entre relaciones, y bajo esta premisa irrefutable se cometen numerosos actos de coacción del pensamiento y de las propias relaciones, así como lo que considero un falso entendimiento del compromiso mutuo.


El respeto es un muro entre generaciones provocado por su falta de entendimiento, y que en la mayoría de los conflictos es aplicado por la generación anterior a su favor, porque si. Propongo un principio de equivalencia entre personas de cualquier generación como sustituto del respeto. El principio de equivalencia entre personas propone que la experiencia es un valor relativo, y propone el uso de la libertad sin restricciones humanistas. El sistema administrativo y jurídico social regulará una serie de abusos limitados por las leyes, que también son relativos a épocas, regiones y culturas, y que considero no son pertinentes en este momento ya que nos crearían más trabas que ventajas en nuestro análisis de pretensión pedagógica y estética.


Para ejemplificar mis argumentos voy a referirme a la visita a las hermanas de la caridad en Tirso de Molina.

Por respeto nadie se atrevió a decir que su defensa de la convivencia de multiples religiones es hipócrita ya no sólo a nivel ideológico, sino de entrada a nivel físico y perceptivo, pongo como ejemplo las vírgenes que presiden cada pasillo. Ahora mismo no recuerdo ningún símbolo de otra religión, quizás lo hubiera pintado en papel fruto de alguna actividad de pretensión multicultural. En frente por supuesto la estatua policromada sobre madera de la virgen preside una única manera de pensar y de hacer.

Por respeto nadie se atrevió a decir que el cuadro de la fundadora de las hermanas de la caridad es una imagen a nivel estético que transmite autoridad y jerarquía al más puro estilo franquista.

Recordemos que no estamos en el Museo del Prado. Se trata de un centro activo pedagógico subvencionado por una sociedad que se presupone laica, democrática y europea, con lo cual considero pertinente prestar atención al uso y al significado que ciertos objetos artísticos transmiten y no aceptarlos gratuitamente.

Por respeto nadie se atrevió a comentar que su relación con los niños está filtrada y condicionada por su voto de abstinencia sexual. Lo cual es evidente que genera frustración que va a ser trasmitida de multiples maneras en su labor pedagógica.

Por respeto nadie se atrevió a decir que el espacio que poseen seria mucho más útil para el barrio en manos de una asociación cultural o una escuela infantil Reggio pública.

Por respeto nadie se atrevió a decir que el orgullo con el que presentaban las diferentes procedencias de los niños tan solo era un reflejo de su intento de vendernos la religión católica como un puente entre culturas, hipocresía imperialista. No por suerte, sino muy a propósito me han enseñado a ser respetuoso.

A través del respeto los niños, al igual que los adultos que estuvimos allí, aprenderán y hemos aprendido que hay opiniones y conductas que hay que evitar mostrar en ciertos lugares, porque existe algo superior a nosotros a lo que somos y debemos ser incapaces de hacer frente.

Sinceramente fue una visita de lo más interesante.


La idea de respeto mutuo no es sinónimo del principio de equivalencia entre personas, ya que igualmente somete las relaciones a una serie de reglas impuestas por el aprendizaje de las competencias sociales. En sociedades norte europeas, máximo exponente de una sociedad competente, las relaciones de respeto mutuo han desarrollado un fuerte sentido de la individualidad y el uso virtual de la generosidad para reducir el sentimiento de culpa y potenciar la idea de protectores del mundo, dando por hecho que el mundo les necesita como referente social, y sea verdad o no, sin duda se repite en todo lo que sea referente a la ciencia, o en todo aquello que se quiera repensar como ciencia, desde la ingeniería hasta disciplinas antiguamente asociadas a las letras y que hoy por hoy están indudablemente en el ámbito de las ciencias sociales, como son la política, etc,…y por supuesto la pedagogía. Quién hoy en día no se repite indiscutiblemente que Finlandia es pionera en el sistema pedagógico, exactamente!, porque se trata de un sistema cuantificable y objetivable, y así lo defendemos, con esta liviandad, y así aceptamos la supremacía ideológica del norte, cuando realmente se trata sólo de una cuestión de administración económica y de renta per capita. Los humanismos se han tecnificado, y aceptamos un programa pedagógico técnico general para toda Europa, si bien todos conocemos las ricas diferencias humanas de los diferentes países. El aspirante a educador se presenta delante de los niños con una norma tecnológica bajo el brazo lo mismo que un arquitecto delante de un montón de ladrillos.


Siempre que vuelvo a visitar a mis padres en Málaga, lo primero que hago es abrir el frigorífico, lo hago desde que era pequeño y volvía del colegio, no necesariamente por que tenga hambre, sino porque me hace sentir que he llegado, y me identifica con la nueva realidad. Cuento todo esto porque estoy convencido de que el frigorífico es una de las señales más claras de identidad familiar y social. En Dinamarca igualmente el frigorífico es una representación simbólica de como entienden el mundo. Todo está perfectamente empaquetado, evitando el contacto entre los productos, del mismo modo que evitan el contacto entre las personas. En la puerta del frigorífico no falta la imagen del niño negro de Africa al que apadrinan, y que como he dicho anteriormente se trata de un esquema para reducir el sentimiento de culpa pero sobre todo para reforzar un sentimiento de supremacía: “…tenemos que ayudar al mundo porque están mucho peor que nosotros, pobres”. Este es el máximo desarrollo de la noción de respeto mutuo, de respeto social. Si el respeto es la base de las relaciones interpersonales, que necesidad tenemos ni siquiera de hablar unos con otros?. Si yo no maltrato a otra persona no es por una idea de respeto superior a la realidad que en ese momento estoy compartiendo con dicha persona, sino porque al maltratarle estoy eliminando las posibilidades de que esa persona se manifieste plenamente, y la manifestación plena de el otro amplia mi realidad y la enriquece.


Muchos somos los que aún no lidiamos bien con las reuniones humanas cohabitadas por smartphones. También se trata de una cuestión de respeto, no podemos desprendernos de él y criticamos el uso de la tecnología y de como avasalla la conversación natural, sin embargo, y esto lo entienden mucho mejor las jóvenes generaciones, el smartphone duplica, triplica, cuadriplica las dimensiones de la experiencia, expande las posibilidades de la clásica tertulia, haciéndola convivir en varios tiempos y espacios simultáneamente. Además es terriblemente divertido disfrutar de las últimas aplicaciones, como hacerse videos en boomerang, de las que nos aburrimos rápidamente pero que igualmente rápido reaparecen y se reactualizan. Es tan sólo nuestro arcaico sentimiento, y arcaico en este tema puede ser de hace nueve semanas, el que no nos permite disolvernos en esta nueva manera de comunicación e introducirnos en sus inmensas posibilidades. Es el respeto por lo viejo lo que nos mantiene al margen. De verdad consideráis más humano hablar continuamente del tiempo o de futilidades y superficialidades en una sala de espera de un hospital tan solo por un sentimiento de cordialidad social, que andar por la ciudad escuchando música o haciendo un skype en el metro con un amigo que está a kilómetros de distancia?, quién decide que es lo más humano en cada momento, en cada época?, el educador?.


En el arte el principio de equivalencia del que hablo se muestra aún más ambiguo y polivalente, ya que no solo propone una equivalencia en la relación entre personas, sino también una equivalencia estética entre objeto y sujeto. Nadie mejor que Robert Filliou ha explicado está teoría estética y os invito a que naveguéis en sus ideas. Algunos me felicitaron por la presentación realizada en el IES Principe Felipe, yo les preguntaba sobre el por qué y sobre si pensaban que tenía sentido lo que habían visto, la mayoría no sabían responder a estas preguntas, muchos decían que les pareció “original”, lo que traduzco como que están hartos de las clásicas presentaciones, sin embargo por respeto mantenemos lo que hemos aprendido como correcto y lo trasmitimos. El educador debe tener mucho cuidado con trasmitir lo que entiende como esencial porque cuando se tope con el conflicto la única solución que propone lo esencial es la autoridad, moral y física.





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