Reflexión del equipo de Zofio sobre "El educador"
6. - En la formación de un educador ¿Qué es lo esencial, lo más importante?
Parece evidente que el educador debe tener vocación, pero esto no es suficiente, esta debe de sustentarse en la formación académica continua, en el interés por mejorar su práctica educativa diaria, desde el conocimiento de distintas teorías metodológicas de éxito contrastadas científicamente, tener una mentalidad abierta que nos impida anclarnos en la rutina, para poder evolucionar como personas y como profesionales.
Somos sabedoras de que existen distintos tipos de “estilos educativos”, entendiendo estos como el sello personal que marca nuestra actuación en el aula, nuestra forma de actuar y de relacionarnos con los niños y con las compañeras.
El estilo del educador debe ser considerado un elemento metodológico más y por lo tanto, debe ser sometido a reflexión y evaluación.
No podemos olvidarnos que en el aula, la educadora es el adulto de referencia, por eso entendemos que es especialmente importante la sensibilidad para empatizar con el niño, su disponibilidad física y afectiva, la mirada con que vemos a los niños y las posibles valoraciones que hagamos de ellos.
Como adultos somos las encargadas de poner límites sin autoritarismo, desde la reflexión y la lógica. Debemos ser capaces de buscar el equilibrio entre lo individual y lo grupal.
Aceptar la diversidad como fuente de enriquecimiento del grupo y personal.
Como miembros de un equipo educativo debemos aprender a trabajar en equipo, aportando ideas, aceptando la crítica constructiva del resto de miembros del mismo, debemos ser capaces de coordinarnos con nuestras compañeras, con las familias y con otros especialistas que también interactúan con el niño dentro y fuera del aula.
No debemos olvidarnos que los niños aprenden por imitación neuronal “en espejo” de ahí la importancia de ser aun modelo de referencia adecuado.
La experiencia personal y profesional nos define como personas, como actuamos en el aula y en la vida, por ello consideramos fundamental nuestra formación continua dado la importancia de nuestro trabajo.
¿Desde nuestra experiencia que podemos aportar a la formación de futuros educadores?
Creemos que además de la formación académica teórica de todas las metodologías educativas de éxito en educación infantil, se deberían incluir técnicas que fomenten la educación emocional tan necesaria en las relaciones humanas con el objetivo de desarrollar habilidades sociales que les van a permitir el trabajo tanto con los niños, como con las familias y con los compañeros/as.
Consideramos que la formación de futuros educadores infantiles se ha devaluado en el sistema educativo actual en España, donde al ciclo 0 – 3 años, se le considera fundamentalmente asistencial, de ahí que cada vez se haya reducido más el tiempo de formación teórica escasamente 2 años y no se haga posible compatibilizar teoría y práctica desde el inicio de los estudios., que sería lo deseable para una formación más completa.